Quédense con este nombre: JAIME ALGUERSUARI

Porque la escudería Toro Rosso le acaba de ascender a piloto oficial a partir Alguersuari Jaimedel próximo GP de Hungría, de muy grato recuerdo para los aficionados españoles y alonsistas en general, ya que fue en ese gran premio donde el bicampeón mundial se estrenó en lo más alto del podio allá por el año 2003.

Además, JAIME ALGUERSUARI se convertirá en el piloto más joven en debutar en la Fórmula 1.

¡Mucha suerte, Jaime!

Las verdades de la Fórmula 1

Cuando todavía resuenan los ecos de los motores de los F1 en Montmeló, he llegado a una conclusión: en la F1 lo que marca la diferencia es el coche en un 90% y el piloto en un 10%.

Ésta es la verdad de la F1 y lo están demostrando los resultados de la escudería Brawn, con su segundo doblete de la temporada. El hecho de que haya sido Jenson Button quien haya ganado 4 de las 5 carreras disputadas hasta ahora, es el resultado de aplicar ese 10% de diferencias por el talento o pericia del piloto.

Un piloto como Button, que nunca había hecho nada (pero nada de nada) en la F1 a pesar de debutar a las 20 años y haber pertenecido a equipos punteros sólo le recuerdo una victoria hasta esta temporada; el piloto sigue siendo el mismo, el coche es un avión. El mismo análisis para el resto de pilotos: Alonso, bicampeón del mundo, firma su segundo año arrastrándose por los circuitos por culpa de la tartrana que le ha puesto Flavio Briatore entre manos. Aquí la diferencia entre él y Nelsinho hace sonrojar a cualquiera.

Una de las grandes mentiras de la F1 ha sido la que nos han vendido a todos en los años de reinado del Kaiser Michael Schummacher en Ferrari: siempre nos vendieron que eran los reyes de la estrategia y que Michael ganaba las carreras por la buena planificación en la estrategia de paradas en boxes, elección de neumáticos y configuración del vehículo; voy a argumentar esta gran mentira:

Hoy ha ganado Button con una estrategia a dos paradas y ha quedado segundo Barrichello con una estrategia bien diferente: tres paradas… el resto de coches, a distancia. Lo cual demuestra que cuando el coche funciona y es más rápido que los demás, da un poco igual qué estrategia usar: siempre les favorecerá esa estrategia, ya que el ritmo de carrera siempre será más alto que el del resto de pilotos.

El gran Michael ganaba mundiales porque era el mejor piloto subido en la mejor máquina y siempre tuvo de lado la suerte de los campeones.

Ahora los Brawn ganan porque tienen el mejor coche (de largo) y tienen unos pilotos que no están cometiendo errores.

Esta es la gran verdad de la F1. El resto es vendernos a todos lo que les interesa a los magnates de este circo, controlado por Bernie Ecclestone y Max Mosley: que si el piloto español es la leche, que si el británico tal y cual o el brasileño no se qué es el sucesor del gran Senna… patrañas para que los forofos patriotas se enganchen a la F1 (como pasó en España con el boom Alonso) con la esperanza de ver a su compatriota triunfar en el gran circo y oir el himno nacional en lo alto del podium en prime time.

No os dejéis engañar: los triunfos de los pilotos se deben en gran parte al coche; luego el piloto se encarga de añadir su pequeña porción para lograr el triunfo total.

Me alegro por el bien de este espectacular deporte de que haya habido tal sacudida este año, en la cual para ver a los todopoderosos Ferrari y McLaren, hay que esperar a ver cómo los doblan los bólidos blancos y fosforitos de Brawn; quién lo iba a pronosticar antes de empezar la temporada, ¿verdad?. A ver si en Renault le dan otra vez una buena máquina a Fernando y podemos volver a escuchar nuestro himno pronto.

¡VIVA LA FÓRMULA 1!