«Tengo preferencia»

Hacía tiempo que tenía ganas de escribir acerca del fenómeno del «tengo preferencia».
Cuando circulamos por cualquier vía con nuestro vehículo e incluso como peatones, estamos participando del tráfico de alguna manera; todos somos usuarios de la vía pública y por lo tanto, deben regir (de hecho, rigen) unas normas de convivencia a nivel legal (código de circulación, código civil, código penal, etc.) y también a nivel moral (civismo, ética, empatía, compañerismo, caballerosidad, etc.).
Pues bien: la primera norma de todas, la más básica e importante es la siguiente: Seguir leyendo ««Tengo preferencia»»

El efecto acordeón

No, no tiene nada que ver con Mª Jesús y sus pajaritos; esto va de tráfico, de circulación de vehículos a motor.

Poco se ha escrito acerca de este fenómeno, a pesar de producirse a todas horas en muchas carreteras españolas.

Después de 19 años de observación, postulo aquí mi teoría del efecto acordeón:

Se trata de dar una explicación a una pregunta clásica: ¿por qué estamos parados en medio de la autopista? ¿Es que el que va delante ha parado sin más? Pero si no habían ningún accidente… ¿les suena?

Lo que vengo a llamar como efecto acordeón es la respuesta a todas estas preguntas.

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Los ciclistas

Ayer una concentración de ciclistas se manifestó en Barcelona; desgraciadamente, poco antes falleció un ciclista en las carreteras catalanas.

Esta tragedia hizo que la concentración sirviera para rendir un improvisado homenaje al ciclista recientemente fallecido.

Hasta aquí una noticia triste, muy triste; familiares y amigos de la víctima, reciban mi más sincero pésame.

Lo que voy a expresar a continuación nada tiene que ver con el caso concreto comentado anteriormente;

Bien, a mí hace tiempo que el colectivo de ciclistas me suscita dos opiniones bastante enfrentadas: por un lado admiro su amor al deporte por el deporte, su valentía al salir a la calle con el tráfico que tenemos y su capacidad de sacrificio. Por otro lado, cuando oigo a un ciclista reivindicar que son los más débiles de la circulación, pienso que tiene razón pero también pienso que muchos ciclistas son los primeros en poner en peligro sus propias vidas y las de los demás. Esta opinión no es políticamente correcta y los medios de comunicación nunca hacen mención del hecho que cuesta mucho ver un ciclista respetando un semáforo rojo, por ejemplo. A ellos también les afectan las señales de tráfico (no sólo las que les benefician, también las que les pueden perjudicar). Nada mejor para la seguridad del ciclista que el mismo empiece a respetar las señales, semáforos, etc.

Otro recordatorio: los ciclistas pueden circular por la acera, pero sin superar la velocidad de una persona a pié caminando, siempre y cuando la densidad de peatones lo permita. El peatón también es muy frágil y jamás he visto una concentración de peatones reclamando mayor atención a los ciclistas que van por la acera.

Es decir, no se puede querer todo lo que nos beneficia y obviar todo lo que nos «perjudica»; pongo perjudica entrecomillado porque considero que respetar un semáforo rojo no perjudica a nadie, sin embargo ser arrollado por un camión que no tuvo tiempo a reaccionar sí es altamente perjudicial.

Generalizar siempre es malo e injusto, así que si eres ciclista y respetas las normas de circulación, ruego me disculpes si te has sentido ofendido. Si no las respetas, espero que esta lectura sirva para que reflexiones acerca de tu seguridad en la carretera; tú puedes poner de tu parte para conseguir el objetivo de todos: Accidentes cero.

Aviso para navegantes: Intentaré analizar los comportamientos «tipo» de cada colectivo de usuarios de la via pública, así que habrá cera para todos porque todos podemos y debemos mejorar las estadísticas siniestrales en la carretera.